Elegida como una de las siete maravillas del mundo moderno, la estatua del Cristo Redentor de Río de Janeiro celebra su 90º aniversario como la imagen más famosa de Brasil. Su construcción se inició en 1926 y dio origen a un monumento de 38 metros de altura en la cima del Cerro Corcovado, a 710 metros sobre el nivel del mar. Tardó cinco años en completarse y se inauguró el 12 de octubre de 1931.
Omar Raposo, el rector del Santuario del Cristo Redentor, ve al monumento como un símbolo del país. Es imposible pensar en Brasil en el extranjero sin que miremos y recordemos este precioso monumento en la cima del Corcovado", afirma. "El Cristo Redentor nos da la sensación de que parece tallado en la colina. Eso es maravilloso. ¿Qué sería de Río de Janeiro si no fuera por el Cristo Redentor?”
Según Raposo, la estatua interactúa perfectamente con la naturaleza que la rodea, el Parque Nacional de Tijuca, y sus brazos abiertos aportan una experiencia. “Estos brazos comunican la acogida e identifican aún más al corazón del pueblo brasileño, que es un corazón acogedor, que también tiene brazos fuertes para el trabajo, llenos de energía para que podamos desarrollar esta querida nación.”
Restauración
La calidad de la obra impresiona a la arquitecta y escultora Cristina Ventura, coordinadora de la última restauración del Cristo. “Es una cualidad que llama la atención incluso hoy en día. Eso es lo más sorprendente. Hoy en día no se encuentran muchas estructuras nuevas de la misma calidad con la que se hizo esta obra", dice Cristina.
“No hubo ninguna otra construcción de este tipo, aquella época, con la audacia que hubo con el Cristo. Otro hito es que el Cristo es la mayor escultura art decó del mundo”, añade.
La arquitecta recuerda que no fueron audaces solo los ingenieros y arquitectos que participaron en el proyecto, sino también los trabajadores que, sin equipo de protección personal, colgaban de los andamios sobre un precipicio de más de 700 metros de altura. “Me pongo imaginándolo cuando nosotros, el equipo, hacemos las cosas, con tanto amor. Imagínate para ellos, que estaban construyendo el Cristo Redentor. ¿Qué tipo de compromiso no tenían con esto, sabes?”, dice Cristina.
Con motivo del 90º aniversario, se realizaron reparaciones de urgencia en partes dañadas por el clima: áreas del manto, el dedo derecho y la parte delantera de la cabeza. Además, como mantenimiento preventivo, la estatua del Cristo recibió un pararrayos reforzado y equipamientos para medir los vientos que la afectan.
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