Estudio investiga cómo empieza y evoluciona el cáncer de esófago

Un estudio internacional sin precedentes sobre los cambios epigenéticos en pacientes con cáncer de esófago descubrió que los pacientes analizados, procedentes de distintas regiones del mundo con alta incidencia de este tipo de cáncer, comparten muchos cambios moleculares y los tumores tienen implicados en su desarrollo genes muy próximos o iguales.

El estudio se realizó bajo la coordinación de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (Iarc) y analizó, durante cinco años, a 240 pacientes de 9 países de África, Asia y Brasil, de los cuales 28% procedían del Instituto Nacional del Cáncer José Alencar Gomes da Silva (Inca).

Se eligieron países con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) medio o bajo. Participaron los investigadores del Inca Sheila Coelho Soares, bióloga; y Luis Felipe Ribeiro, jefe del Programa de Carcinogénesis Molecular y Coordinador de Investigación del Instituto. El resultado del estudio fue publicado en la revista Cancer Research (American Association for Cancer Research Publications) y ayuda a entender cómo este tipo de cáncer se forma y evoluciona. Esto se explica porque, dependiendo de la región geográfica, hay factores ambientales que inducen al cáncer, dijo a Agência Brasil la bióloga Sheila Coelho.

"O puede que tengamos una composición genética diferente, lo que también puede conducir a diferentes mecanismos de desarrollo del cáncer. Sin embargo, en este caso, vimos que estas alteraciones son muy similares. Por lo tanto, todo indica que, independientemente de la región geográfica, estas alteraciones son importantes para el desarrollo de ese cáncer y esto nos ayuda a identificar marcas que podrían ayudar a diagnosticar tempranamente la enfermedad o a proponer nuevas terapias."

En la corriente sanguínea

Según Sheila Coelho, las células cancerosas liberan sustancias en la corriente sanguínea del paciente. "Como las alteraciones encontradas forman parte de esas sustancias, podríamos buscarlas específicamente, pues son marcas características. Si se detectan en la circulación, es un fuerte indicio de que el paciente tiene cáncer de esófago". Uno de los hallazgos de la investigación, dijo la bióloga, es que la identificación de estos marcadores permite utilizar métodos menos invasivos para hacer el diagnóstico, como por ejemplo la biopsia líquida.

El estudio reveló que el perfil más frecuente del paciente con cáncer de esófago es el de una persona de bajos ingresos y baja educación, que fuma muchos cigarrillos y bebe mucho alcohol. En la región sur de Brasil, se asocia al consumo de mate a muy altas temperaturas. Coelho explicó que el esófago es un órgano sin enervación, que no duele. Aunque el tumor crezca, el paciente no siente dolor. Sin embargo, cuando la masa tumoral evoluciona mucho y bloquea el paso de alimentos y líquidos, el paciente acude al médico. En esta fase, dijo Coelho, casi el 70% de los casos solo reciben tratamiento paliativo, porque no hay posibilidad de curación. "En esos casos ya no es posible hacer un tratamiento curativo. Alrededor del 30% de los pacientes ya tienen metástasis cuando se les diagnostica", resaltó.

Entre 2012 y 2016, Inca trató a 850 pacientes con cáncer de esófago, lo que supone un promedio de unos 200 pacientes al año.

Proyecto piloto

En paralelo al trabajo ya publicado, se llevará a cabo un proyecto piloto para tratar de detectar eficazmente en la sangre las alteraciones identificadas en los tumores de 240 pacientes de diferentes países. En una primera etapa, el procedimiento se realizará en pacientes del INCA. Se utilizará la estructura del organismo del Ministerio de Salud para confirmar esa aplicación. El proyecto debería arrancar en el segundo semestre del año. "Creo que para el año que viene ya tendremos los primeros datos", comentó el investigador.

En Brasil, este es el séptimo tipo de cáncer más predominante, y es más frecuente entre los hombres, en una proporción de tres hombres por cada mujer, con la posibilidad de llegar a cuatro hombres por cada mujer en algunas partes del país. Se tratan de personas que se alimentan muy mal, y que a menudo tienen un historial de deficiencias nutricionales", dijo Sheila.

Tratamiento adecuado

La investigación ha demostrado que el diagnóstico precoz de los pacientes también facilita el acceso al tratamiento adecuado. El investigador Luis Felipe Ribeiro agregó que ya es posible utilizar fármacos capaces de revertir cambios epigenéticos. "Algunos fármacos ya se utilizan en el tratamiento de otros tipos de cáncer. Así que tienen potencial para incorporarse al tratamiento de pacientes con cáncer de esófago."

Las alteraciones epigenéticas suelen aparecer en portadores de cáncer y determinan el modo como se lee el código genético. Ese análisis aún no se había aplicado en profundidad al cáncer de esófago y menos aún a algunas de las poblaciones más afectadas por esa enfermedad en el mundo. Otro paso importante, según señaló el Inca, fue examinar poblaciones poco estudiadas en las que el cáncer de esófago es más frecuente, como por ejemplo el continente asiático (considerado el cinturón del cáncer de esófago), incluyendo la India y China, el este de África y América del Sur. La investigación analizó más de 850 mil alteraciones epigenéticas en el cáncer de esófago.

Luis Felipe Ribeiro subrayó que este tipo de cáncer es una enfermedad menospreciada. "Por lo tanto, este estudio tiene un papel fundamental al ayudar a las poblaciones que necesitan atención", indicó. El número de nuevos casos de cáncer de esófago en Brasil para cada año del trienio 2020-2022, según estimaciones del Inca, será de 8.690 casos en hombres y 2.700 en mujeres, cifras que corresponden a un riesgo estimado de 8,32 nuevos casos por cada 100.000 hombres y 2,49 por cada 100.000 mujeres.



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