La agencia calificadora de riesgo Fitch mantuvo como negativa la perspectiva de la nota referente a la deuda pública brasileña. La decisión se publicó el miércoles (18) y se produce seis meses después de que la agencia empeoró las perspectivas para la calificación del país.
El pronóstico negativo significa que la agencia puede rebajar la calificación del país en los próximos meses o años. Actualmente, Fitch otorga el grado BB- a Brasil, tres niveles por debajo del grado de inversión, es decir, de la garantía de que el país no corre riesgo de incumplimiento de su deuda pública.
En un comunicado, la agencia mencionó la posibilidad de descontrol de las cuentas públicas brasileñas, en un entorno de incertidumbre política y de escalada global de casos de COVID-19. El texto destaca los riesgos de colapso del techo federal de gastos debido a la presión continua por un aumento del gasto federal y por acortar el plazo promedio de la deuda pública.
“La perspectiva negativa refleja el severo deterioro del déficit fiscal de Brasil, la carga de la deuda pública durante 2020 y la persistente incertidumbre sobre las perspectivas de consolidación fiscal, incluido el mantenimiento del techo de gastos de 2016 dadas las continuas presiones sobre los gastos”, dice el informe de Fitch.
La agencia recomendó que las reformas estructurales se reanuden el próximo año, pero advirtió del riesgo de dificultades políticas para el avance de esta agenda. “Aunque el equipo económico está comprometido con reanudar su agenda de reformas en 2021, el entorno político sigue siendo fluido, lo que reduce la visibilidad y la previsibilidad del proceso”, destaca el comunicado de la agencia crediticia.
Fitch estimó en un 5% la caída proyectada del Producto Interno Bruto (PIB) brasileño. En septiembre, la agencia había pronosticado una contracción del 5,8% en la economía de Brasil para 2020. La deuda pública bruta deberá terminar el año al 95% del PIB, según la agencia, quien también estima que el déficit nominal, es decir, el resultado negativo en las cuentas del gobierno, incluidos los intereses de la deuda pública, aumentará al 16,7% del PIB.
El último descenso en la calificación de Fitch para Brasil había sido en febrero de 2018, cuando se redujo a tres niveles por debajo del grado de inversión. Esta es la misma calificación de riesgo otorgada por S&P, otra importante agencia crediticia. La estadounidense Moody's clasifica al país dos niveles por debajo del grado de inversión.
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