En este mes de junio, las mayores empresas de telefonía del país comenzaron a operar en forma experimental la señal móvil de quinta generación (5G). En este primer momento, el 5G compartirá el espectro 3G y 4G con base en una tecnología llamada DSS (compartición de espectro dinámica), ya que la subasta para ocupar la nueva frecuencia solo debería tener lugar a principios de 2021.
El DSS permite aprovechar parte de las redes 3G y 4G que no se están utilizando para comunicaciones 5G. Sin embargo, como este espectro no dispone de una banda continua y dedicada, la experiencia de los usuarios aún no estará completa.
El 5G, en su máxima potencia, debería ofrecer velocidades de Internet muy altas, mayor fiabilidad y disponibilidad, así como la posibilidad de conectar un número significativo de dispositivos al mismo tiempo. Sin embargo, para utilizar el servicio, el usuario deberá tener un teléfono móvil compatible con la tecnología 5G. Actualmente, en el mercado brasileño, solo hay un dispositivo con esta tecnología, el Motorola Edge, con un valor superior a R$ 4,9 mil (US$ 940) en la tienda oficial del fabricante.
Cobertura
La operadora Vivo implantará aún este mes el 5G DSS en algunas áreas de ocho ciudades brasileñas: São Paulo, Brasília, Belo Horizonte, Salvador, Río de Janeiro, Goiânia, Curitiba y Porto Alegre. Claro ya ofrece la tecnología, desde la semana pasada, en algunos puntos de São Paulo. TIM comenzará a operar el espectro compartido en septiembre, en las ciudades de Río Grande del Sur, Minas Gerais y Mato Grosso del Sur. Oi, por su parte, informó que considera la posibilidad de iniciar la operación comercial de la tecnología en ámbito nacional antes de la subasta de frecuencias, agregando que ofreció el servicio 5G DSS en eventos importantes el año pasado como el Rock in Rio y el Comic Con Experience (CCXP).
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