Un sondeo especial realizado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI) muestra que el 91% de la industria brasileña sufrió los impactos negativos de la pandemia de COVID-19. Tres cuartas partes (76%) de las empresas industriales han reducido o detenido la producción.
Tres de cada cuatro empresas reportaron una caída en la demanda de sus productos, la mitad de los cuales (38%) señalaron que la caída fue "intensa". Los sectores que observaron una disminución de la demanda fueron los de vestuario (82%), calzados (79%), mobiliario (76%), imprenta y reproducción (65%) e industria textil (60%).
Entre los empresarios, 45% se quejaron de incumplimiento de pago entre los clientes y 44% reportaron cancelamentos de envíos y pedidos.
Además de la disminución de la demanda, el 77% de los empresarios identificaron una disminución de la oferta de materias primas e suministros para la producción, debido principalmente a la desorganización del sistema de transporte.
Casi todos los empresarios entrevistados (95%) adoptaron campañas de prevención, medidas de higiene y distanciamiento social para los empleados en los grupos de riesgo o que presentaban síntomas de contagio por coronavirus.
La mitad de las empresas concedió vacaciones a parte de los empleados, el 36% hizo uso del banco de tiempo, el 19% redujo la jornada laboral, el 16% inició vacaciones colectivas, el 15% despidió a los trabajadores y el 8% suspendió temporalmente los contratos de trabajo.
Garantía del tesoro
Los datos de la encuesta del CNI se obtuvieron de 1.740 empresarios de la industria manufacturera (fábricas), extractiva (minería y petróleo) y construcción. La recolección tuvo lugar en la primera mitad de abril.
Siete de cada diez empresas reportaron pérdidas de ingresos. Entre los entrevistados, 59% mencionaron las dificultades para cumplir con los pagos a los proveedores y mantener actualizados los salarios, el alquiler y los impuestos. Más de la mitad (55%) señaló que el acceso al crédito de capital de trabajo se hizo más difícil.
Según Renato da Fonseca, gerente ejecutivo del CNI, después de las medidas para aumentar la liquidez del sistema bancario autorizadas por el Banco Central, se ha observado "un aumento de los préstamos" en varios bancos.
Sin embargo, según el economista, la demanda de las empresas, sobre todo de las pequeñas, fue mayor que el crédito ofrecido. En situaciones de crisis como la actual, los bancos temen la insolvencia. En opinión de Fonseca, la solución al aumento del crédito puede ser la creación de un fondo garantizado por el Tesoro Nacional, como se ha visto en otros países.
Reformas y reanudación
Además de cuidar de la salud de la población, el funcionamiento de las empresas y el mantenimiento de los puestos de trabajo, Renato da Fonseca espera que el país se prepare para salir de la crisis y no abandone la agenda de reformas.
"Si conseguimos centrarnos en el programa de competitividad, con la colaboración del Congreso Nacional y del gobierno, reduciendo las peleas políticas, podríamos revertir el problema y dar una señal para que los inversores regresen", argumenta el economista del CNI.
La confederación proyecta una caída del 4,2% del Producto Interno Bruto. No descarta, en el peor de los casos, que las pérdidas alcancen hasta un 7%, como en la recesión económica entre 2014 y 2016.
Renato da Fonseca apuntaló que ni las peores proyecciones ni los problemas enumerados por los empresarios en el sondeo corroboran el fin de las medidas para facilitar el distanciamiento social y otras precauciones sanitarias.
"No sirve de nada poner fin al aislamiento de inmediato si esto genera tasas alarmantes de contaminación, pues entonces no habrá quien trabaje. En realidad, el número de muertes se volvería excesivo y la gente se aislará automáticamente".
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