En una audiencia con la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados el miércoles (27), el canciller Ernesto Araújo dijo que al gobierno brasileño le preocupan las “señales” emitidas por el nuevo gobierno argentino sobre el Mercosur. “Si el segundo socio del Mercosur tiene una visión tan incompatible respecto a lo que consideramos la esencia del Mercosur, debemos pensar en ello”, dijo.
Alberto Fernández, presidente electo de Argentina, toma posesión el próximo 10 de diciembre en lugar de Mauricio Macri. Él y su vicepresidenta Cristina Kirchner fueron elegidos en primera vuelta el 27 de octubre.
“Por supuesto que no han asumido el cargo todavía, así que aún tenemos que ver qué mensaje traerán”, dijo Araújo. El canciller citó, como señales que amenazan la esencia del Mercosur, las informaciones de que el nuevo gobierno argentino cuestionará no solo el comercio bilateral con Brasil sino también la extensión del acuerdo firmado con la Unión Europea. Según él, los cuestionamientos sobre el comercio bilateral pueden interpretarse como barreras internas del bloque.
“No es que queramos tener una mala relación con Argentina. Queremos tener la mejor relación posible, es un país hermano, siempre lo será, independientemente del gobierno”, agregó Araújo. El ministro fue invitado por la comisión de diputados para hablar sobre la política de difusión de la cultura brasileña en el extranjero y enumeró proyectos destinados a la proyección de artistas brasileños de todos los campos, incluida la música, el ballet, el teatro y las artes plásticas.
Política exterior
El canciller respondió a preguntas de los parlamentarios sobre las razones por las que Brasil, en términos de política exterior, se basa más en la ideología que en la posición tradicional brasileña de ser un actor internacional siempre llamado a mediar en los conflictos y diferencias de intereses entre las naciones.
El ministro respondió que la mayoría de estas críticas es “superficial y enojada”, con una percepción equivocada de lo que es la política exterior brasileña. Según él, muchas tienen origen en una idea de alineación automática de Brasil con los Estados Unidos. “Eso no existe. Lo que sí existe es una relación basada en los intereses brasileños”, dijo el ministro.
Las críticas, afirmó, representan una “falta de comprensión de lo que es la política exterior”, ya que muchos de los que las escriben no justifican adecuadamente sus razones, lo que denotaría “una preparación intelectual insuficiente para comprender la política exterior brasileña, tanto económicamente como en el ámbito de convicciones más profundas”.
En su presentación, el canciller agregó que Brasil quiere tener la mejor relación posible con todos los países. “Este es un principio básico”, dijo. “Ha llegado el momento de que Brasil deje de permitir que otros le dicten la agenda, que otros defiendan sus intereses, ya que hay siempre alguna crítica que dice ‘eso no se puede’”.
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