Itaipu: Embajadora cree en entendimiento entre Brasil y Paraguay

La represa hidroeléctrica de Itaipu, de más de 50 años, la mayor productora de energía del planeta, se enfrenta a un impasse por la inexistencia de un contrato de compra de energía entre la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), la empresa estatal de energía de Paraguay, y la brasileña Eletrobras. Por esa razón, la planta no ha podido emitir facturas desde principios de año. El hecho no tiene precedentes desde que la hidroeléctrica binacional comenzó a operar el 5 de mayo de 1984.

En una entrevista exclusiva con Agência Brasil, la embajadora Eugenia Barthelmess, directora del Departamento para América del Sur del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, dijo que el problema puede resolverse mediante un acuerdo técnico entre los dos países con miras a definir un calendario para la contratación de energía para la represa entre 2019 y 2022.

Sin embargo, para que Brasil y Paraguay lleguen a un acuerdo, es necesario que ANDE se comprometa a contratar la potencia energética que utilizará cada año y pague por su uso. Este no ha sido el caso, dijo Barthelmess.

En los últimos años, ANDE ha comenzó a subestimar su demanda prevista de energía Itaipu. Debido a que cada año necesitaba más y más energía que la adquirida, la empresa paraguaya pasó a utilizar la cuota de compra de Eletrobras. Esto condujo a problemas financieros, ya que esa cuota debería ser pagada.

Para abordar el problema, Brasil y Paraguay firmaron el 24 de mayo de 2019 un acta para fijar el aumento gradual del volumen de potencia a ser contratada por ANDE, mitigando así el impacto del pago. A pesar de ello, el país vecino ejerció su derecho a renunciar a los términos del documento y lo declaró nulo. En el mismo documento, sin embargo, los dos países acordaron seguir negociando.

Barthelmess apuesta por el éxito de las negociaciones. "La importancia de las relaciones Brasil-Paraguay va mucho más allá de esos problemas específicos", dijo. Agregó que, en su opinión, Brasil ve con más optimismo ese tema, que es muy importante para el país. “Y creo que también para Paraguay”, dijo.

Lea a continuación los extractos principales de la entrevista con la embajadora Eugenia Barthelmess:

Agência Brasil: ¿Por qué Brasil y Paraguay no han llegado a un acuerdo sobre el suministro de energía de Itaipu?

Barthelmess: Itaipu es propiedad conjunta de los gobiernos de Paraguay y Brasil. La energía producida por Itaipu es adquirida por Eletrobras en Brasil y por ANDE en Paraguay. En los últimos años, ANDE comenzó a subestimar su demanda prevista de energía de Itaipu, es decir, a comprar menos energía de la que realmente necesita. Por ejemplo, en los últimos cuatro años, la energía que ANDE compró a Itaipu aumentó el 6,7%. Sin embargo, la que realmente utilizó aumentó un 41,4%. Esto condujo a un problema técnico, ya que, además de utilizar la mayor parte del excedente de Itaipu, ANDE también consumió energía contratada por Eletrobras. Esto ocurrió en tres meses el año pasado, y por supuesto causó pérdidas en Eletrobras. Eletrobras y ANDE comenzaron entonces a abordar ese problema técnico y trataron de fijar un calendario para la contratación de potencia. Ya en 1973, el Anexo C del acuerdo estipulaba que este calendario debería durar 20 años. Pero este era un requisito que nunca se cumplió. Más tarde, se acordó que el calendario debería tener una duración de 10 años. Tampoco se hizo. A continuación, el calendario habría que ser anual. La verdad es que últimamente no ha habido un calendario anual ni nada. No había una programación del volumen de energía que cada empresa compradora podía contratar. Así que Ande y Eletrobras se reunieron para tratar de sortear ese problema técnico y elaborar un calendario mensual de potencia para tener una predictibilidad mínima de la potencia a ser contratada.

Agência Brasil: ¿Cuál es la solución política que buscan ambos países?

Barthelmess: Los dos países elaboraron un documento político denominado Acta Bilateral, firmado el 24 de mayo de 2019. Ese documento buscaba evitar que ANDE volviera a apropiarse de la energía comprada por Eletrobras. Buscaba estipular un aumento gradual del volumen de potencia adquirida por Paraguay. ¿Por qué gradual? Porque, si fuera repentino, esto podría tener un impacto demasiado fuerte en las arcas de ANDE. Eletrobras quería que hubiera un único aumento equivalente a la diferencia observada en los últimos años. Pero se acordó estipular un aumento gradual, a solicitud de Paraguay, para no afectar de forma abrupta los recursos de Ande. Por gradual me refiero a una tasa del 12% cada año durante los próximos cuatro años. En el último día de negociaciones, ANDE, representada por uno de sus ingenieros, propuso que el aumento gradual funcionara como un detonante. Así es como funcionaría. Supongamos que, en un año dado, el consumo de ANDE aumentó menos del 12% con respecto al año anterior. Así que, por supuesto, el 12% no se cobraría. Si consume menos, paga menos. Sin embargo, si el aumento del año anterior fuera superior al 12%, entonces tendrían que pagar más. En el último día de negociaciones, ANDE propuso –y Brasil aceptó– un freno del 6% cada vez que se superara el umbral del 12%. Imaginemos que, en un año dado, Ande gastó un 12% más de energía que el año anterior. Tendrían que pagar el 12%. Pero llega un momento en que Ande gastó, digamos, un 30% más que el año anterior. En el razonamiento del detonante, ANDE pagaría 30%. En el razonamiento de ANDE, pagaría 12% más 6%. En otras palabras, su gasto nunca superaría el 18%, independientemente del aumento real del consumo. ¿Por qué ANDE pidió esto el último día? Como una forma más de preservar sus intereses económicos. La parte brasileña negoció ese tema de forma hábil y flexible, mientras la parte paraguaya lo hizo de forma hábil y eficiente. Paraguay trató de proteger sus intereses, y Brasil flexibilizó sus propios intereses, pues al gobierno brasileño le interesa mantener una relación positiva con Itaipu y con el gobierno paraguayo en su conjunto. Es un país importante para nosotros. Es una relación bilateral importante para nosotros. Tenemos varios proyectos clave con Paraguay en las áreas de combate al crimen transnacional, integración de la estructura física y salud. Tenemos un mayor interés en las relaciones bilaterales que en un problema técnico específico en Itaipu. Pero ese problema tiene que ser resuelto porque la empresa no factura desde principios de año. Una vez alcanzado ese acuerdo, fue necesario traducirlo en un contrato. En el momento de transformar el compromiso político en un contrato, los representantes de Ande comenzaron a proponer la reapertura del compromiso político asumido por las cancillerías. Se restableció un impasse.

Agência Brasil: ¿Ese impasse fue provocado por la parte paraguaya?

Barthelmess: No me atrevería a interpretar los acontecimientos del lado paraguayo ni la naturaleza de la crisis política que se manifestó en el lado paraguayo. Mantengo el foco en la naturaleza del documento, construido para resolver un problema técnico, que es el acta del 24 de mayo. Respecto a ese documento, hubo una cobertura en la prensa paraguaya que no se correspondía con la real naturaleza del documento. Dijeron que hubo una negociación secreta cuando yo nunca participé en una negociación secreta. Con tantos actores y negociadores en cada lado, es difícil imaginar que hubiera negociación secreta. Leemos, por ejemplo, que Paraguay había pedido que el acta contuviera un elemento que permitiera a ANDE vender energía directamente al mercado brasileño. Paraguay nunca nos pidió eso. Eso nunca estuvo en la mesa de negociaciones porque el Tratado de Itaipu no lo permite. Esta negociación tiene por objetivo resolver un problema técnico específico. La posibilidad de que una determinada empresa pública o privada pudiera vender energía de ANDE en el mercado brasileño –y que esa empresa no fuera Eletrobras– tendría que resultar de una revisión del cuerpo del Tratado de Itaipu. Una negociación así sería tan importante, tan compleja, y tendría un peso político tan extraordinario, que sin duda pasaría por el Congreso de los dos países. No sería una negociación para resolver un pequeño problema técnico. Digo pequeño en el sentido de específico y circunstancial, porque en realidad está causando, por primera vez en la historia de ANDE, un problema de liquidez, ya que la compañía no puede facturar por sus servicios.

Agência Brasil: ¿Cómo ve la decisión de Paraguay de no cumplir con el Acta Bilateral?

Barthelmess: Resulta que el gobierno paraguayo, en un gesto al que tiene todo el derecho como estado soberano, comunicó al gobierno brasileño, el 1 de agosto, que consideraba las actas del 24 de mayo nulas y sin efecto desde el punto de vista paraguayo. Es un derecho que tiene el gobierno paraguayo. ¿Qué tenemos ante nosotros? En el mismo documento en el que el gobierno paraguayo declaró unilateralmente la nulidad de las actas del 24 de mayo, los dos gobiernos instruyeron a sus órganos técnicos para que continuaran o reanudaran los entendimientos con miras a fijar un calendario para la compra de potencia para la planta en el período de 2019 a 2022. En eso estamos.

Agência Brasil: ¿Cree que las negociaciones están en punto muerto?

Barthelmess: No lo creo. Creo que los dos países encontrarán una solución técnica, correcta y políticamente aceptable para la planta, que es un bien común de ambos países. Que es una gigantesca central eléctrica, campeona mundial de energía limpia, barata y renovable, que sirve al desarrollo de ambos países. Que es una propiedad conjunta de los dos países, y forma parte de una agenda positiva, que sólo trae beneficios. Lo que tenemos aquí es una cuestión técnica, que se resolverá dentro de los próximos meses. Es un problema que tiene solución, y la solución se alcanzará porque la importancia de la relación Brasil-Paraguay va mucho más allá de esos problemas específicos. Brasil ve con más optimismo ese tema, que es muy importante para el país, y creo que también para Paraguay.



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