Más de la mitad de las empresas exportadoras brasileñas consideran que las tarifas cobradas en puertos y aeropuertos son un problema considerablemente perjudicial para la venta de bienes y servicios al exterior. El resultado está en el estudio Desafíos a la Competitividad de las Exportaciones Brasileñas, divulgado hoy (3) por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), que escuchó a 589 empresas exportadoras. En las entrevistas, el segundo elemento más crítico señalado por ellas fue la dificultad de ofrecer precios competitivos en la disputa con otros países.
La investigación fue desarrollada en asociación con la Fundación Getúlio Vargas (FGV) entre octubre de 2017 y marzo de este año. La mayoría de las empresas escuchadas actúan en el comercio exterior desde hace más de diez años. Para estas empresas, Estados Unidos sigue siendo considerado el socio más atractivo para la realización de acuerdos comerciales, seguido por la Unión Europea y México.
De acuerdo con Carlos Eduardo Abijaod, director de Desarrollo Industrial de la CNI, problemas internos y estructurales quedaron más claros en el estudio de este año, ya que el cambio está más favorable a las exportaciones. “Por un lado, el gobierno necesita enfrentar problemas estructurales de Brasil, a través de reformas. Por otro lado, las empresas necesitan invertir en productividad e innovación”, afirmó.
Problemas críticos
Las tarifas de las terminales portuarias y aeroportuarias son apuntadas por el 51,8% de las empresas como problema “crítico” o que “impacta mucho” en el día a día de los negocios. El encarecimiento del costo de la producción, que impide la oferta de precios más competitivos, es apuntado por el 43,4% de las entrevistadas.
La encuesta revela que, en tercer lugar en el nivel de criticidad (41,9%), aparecen las tasas cobradas por los organismos fiscalizadores e intervinientes, como la Secretaría Federal de Ingresos, el Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento, y la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa).
Entre estos y otros obstáculos están el costo interno del transporte entre empresa y puerto, el exceso de burocracia y normas conflictivas y la alta cantidad de tributos que inciden sobre la exportación.
“Entre los aspectos relacionados con la burocracia aduanera, una cantidad relevante de empresas (entre el 27,3% y el 35,6%) considera críticos el exceso de documentos, la demanda por documentos originales con diversas firmas, la falta de estandarización de los procedimientos de desembarco y el elevado tiempo del proceso de despacho y fiscalización”, dice el estudio.
El presidente de la CNI, Robson Braga de Andrade, recordó que, a pesar de ser una de las diez más grandes economías del mundo, Brasil es solo el 26º exportador mundial de bienes, lo que representa menos del 2% de las exportaciones globales. “Factores como infraestructura precaria, burocracia y complejidad normativa hacen que el proceso de exportación en Brasil sea lento y costoso, reduciendo el atractivo de nuestros productos”, escribió en la publicación.
Postar um comentário